Libérate de la violencia

La educación como fuente liberadora de la violencia de género.

Por: Fátima Ibáñez

Síntesis

Se dice que la educación es un medio potencial para transformar al mundo, pero ¿cómo lograrlo? Uno de los postulados con mayor relevancia es el que propone Freire con su pedagogía de la liberación, que propone que a través de la educación, el diálogo, un acto de humanidad y el reconocimiento de la otredad se puede cambiar la visión y el mundo entero. ¿Qué pasaría si se retoma este postulado para comenzar la deconstrucción de la violencia de género en adolescentes de entre 12-17 años? Este trabajo presenta una propuesta de proyecto para abrir espacios de diálogo en instituciones educativas con el propósito de reflexionar sobre este tema.

Marco teórico

La violencia de género siempre ha estado presente, pero en los últimos años, este problema educativo y social se ha visibilizado más, esto como consecuencia del activismo de ciertos colectivos que luchan por la equidad de género y disminución de este tipo de violencia a través de campañas mediáticas de concientización.

En un panorama macrosocial se evidencia que, tras la pandemia del 2020, la violencia de género causó más estragos, puesto que las denuncias, llamadas de auxilio y feminicidios aumentaron notablemente no solo en México, sino en toda América Latina, al respecto, el Centro de Investigaciones de Estudios de Género (2020) realizó una recopilación de notas periodísticas que abordan este incremento de la violencia de género entre los cuales se pueden leer titulares como “Violencia intrafamiliar aumenta 26.38%”, “Se duplican llamadas de auxilio por violencia contra mujeres”, “Feminicidios incrementan en un 31%”, estas publicaciones resultan preocupantes.

A estos datos hay que sumar las estadísticas hechas por el Instituto Nacional de las Mujeres (2021) que reportan que durante el año 2020 los Centros de Justicia de la Mujer llegaron a atender a poco más de 187 mil mujeres en un año, entre las entidades con mayor perpetración de violencia se encuentra el Estado de México, Jalisco, Querétaro y la Ciudad de México. Además, el promedio diario de mujeres asesinadas en el país durante ese año fue de once mujeres por día.

Ante este panorama se hace necesario un proceso de deconstrucción que ponga en duda los conocimientos sobre el concepto de género establecido en la sociedad, puesto que la deconstrucción se entiende como un proceso de cuestionamiento constante a los conocimientos que ya están establecidos o declarados como verdaderos, para ello se necesita contar con conocimiento previo de aquello que se desea cuestionar a fin de entrar en un diálogo y debate razonado (Ayala, 2013).

A fin de llevar a cabo este proceso se pretende retomar las propuestas de Freire (2016), entre ellas la Pedagogía del oprimido, del diálogo y la liberación. En su teoría propone que el oprimido, en su enajenación, solo vive bajo las reglas que el opresor le ha impuesto, pero es el oprimido quien será el único en liberarse tanto a sí mismo como al opresor, pero ¿cómo lograrlo? El autor sugiere que, para alcanzar la meta, el oprimido necesita tomar de consciencia de sí mismo, que se asuma como una persona y no como un objeto, es decir, a través del cuestionamiento constante de su realidad, de un proceso de deconstrucción.

Freire postula que el diálogo es una vía para llevar a cabo este proceso; el diálogo, entendiéndolo como un acto de amor, pues amar, implica reconocer y dignificar al otro, visibilizarlo como un humano y no como un objeto; un ente pensante que tiene criterio propio, raciocinio y pensar crítico, que comparte tanto sus saberes como sus experiencias con el objetivo de desarmar para volver a armar nuevos paradigmas. Paradigmas que darán una nueva connotación al mundo, que en un futuro será cuestionada para volver a generar uno nuevo que se adapte a las modalidades emergentes. Tal como ocurre ahora, se cuestiona la feminidad y la masculinidad, ¿qué significa ser hombre o mujer?, los roles de género, ¿existe un papel social establecido para cada género? Y si sí, ¿cuál es y por qué?, ¿qué ocurre con los privilegios de los géneros?, ¿por qué ocurre? Estás y otras preguntas son necesarias para empezar a reflexionar sobre la violencia de género y así cambiar el pensamiento.

Herramientas para ejecutarla

Los materiales que se pretenden ocupar para abrir el espacio son:

  • Moderadores del espacio
  • Sillas
  • Cuestionarios de evaluación
  • Técnica de observación
  • Bitácoras de sesión

Plan de actuación

Se pretende comenzar con un prototipo de espacio para el diálogo en algunas escuelas secundarias y a nivel medio superior con el propósito de generar debatir sobre temas sobre la violencia de género.

Este espacio estará abierto a cualquiera que quiera ingresar sin importar la edad o el género, las temáticas a abordar se irán construyendo en cada sesión a fin de responder a los intereses de la población, puesto que se trata de construir de manera conjunta a través del diálogo y no de imponer talleres o pláticas informativas llenas de contenido vacío.

En este espacio se debatirán y escucharán experiencias de cada participante con respecto al tema de género y violencia de género a fin de deconstruir y construir juntos.

Indicadores y/o métricas

Con el propósito de evaluar la efectividad del espacio de diálogo creado para reflexionar sobre temas relacionados con la violencia de género, se tendrán en mente los siguientes indicadores:

  • Número total de asistentes.
  • Porcentaje de mujeres y hombres.
  • Número de sesiones en las que se abrió el espacio.
  • Experiencias registradas por sesión.
  • Actividad final de evaluación que contraste el pensamiento inicial y final de cada participante.
  • Actividades realizadas en cada sesión que respondan a las preguntas ¿qué temas se abordaron?, ¿qué fue lo que más me impactó?, ¿cuál fue la controversia?, ¿cómo se cerró la sesión?, ¿con qué información me quedó?
  • Porcentajes de incidentes reportados a las autoridades sobre eventos relacionados con la violencia de género previo y postear espacio de diálogo.

Explica tu rol que llevarás a cabo.

El rol que tomaré en el desarrollo del proyecto será como fundadora, coordinadora y acompañante de los espacios de diálogos que se creen dentro de las instituciones educativas. Como acompañante del proceso de diálogo, mi tarea será investigar sobre teorías, estadísticas, investigaciones e informes relacionados con la violencia de género para traer a la mesa información actualizada y contextualizada de lo que pasa en el mundo real. Además, también me encargaré de ejecutar, revisar y analizar las actividades de evaluación con el fin de contar con indicadores que me permitan valorar la efectividad del espacio de diálogo. Por último, me encargaría de registrar, a manera de investigación, la experiencia vivida para futuras réplicas y mejoras.

Referencias

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